lunes, 18 de agosto de 2008

Sublime

Hace tiempo conocí a alguien que abusaba del adjetivo “sublime”. Todo lo que le gustaba por encima de la media era “sublime”, y la palabra se devaluó a tal velocidad que tanto para mí como para mis colegas se convirtió en antónimo de si misma, así como un comodín para el cachondeo general.

El sábado fui a ver la que toca, la que está de moda, la que tanto esperamos algunos… y me viene la palabreja a la cabeza. Porque no es una película de un superhéroe, no es una gran recopilación de los mejores momentos de los comics de Batman, ni una gran película de acción, ni una trama enloquecidamente trepidante, ni una historia muy sólida, ni una gran propaganda para que le den un oscar póstumo al fallecido Ledger, ni una gran representación de lo que podría ser la situación de cualquier ciudad actual asolada por el miedo (muy post 11-S), ni un ejemplo de que no solo hay que entretener… Porque es todo eso junto, y mucho más.

Y espero que no haya quedado ni muy pedante ni muy fanático… pero tampoco voy a ir contracorriente para hacerme el interesante. Y es que se que arrasará en taquilla y en venta de palomitas… pero es que es buena.

Y el que quede por verla, que vaya.

1 comentario:

muchomasquedos dijo...

"Algunos hombres sólo quieren ver arder el mundo".

Sabes que no me suelen gustar este tipo de películas, pero disfruté y la frase de Alfred me marcó. Quizá a veces hay que saber ver más allá...