jueves, 3 de julio de 2008

Sueño

Calor, camiseta de manga corta, cerveza o lo que cada uno guste, y no pasar por casa más que para repostar. Es el verano, y el verano significa música, al aire libre que es su habitat natural (sin con eso querer desmerecer a los conciertos íntimos de garito pequeño).

Y es que el verano es concierto y festival continuo, y merece la pena recorrerse la península o hasta donde cada uno quiera llegar persiguiendo a tantos grupos que, juntos y revueltos, pueden alegrarte una tarde o la vida, plagándola de buenas experiencias.

Y si últimamente fui a unos cuantos, el de Extremoduro fue una alegría. Porque sonaba fresco aunque también casero, porque quién no ha vivido con sus letras, quién no puede acompañar al menos uno de los recuerdos felices de su vida con algunas de estas canciones.

Y da gusto pensar que los viejos vuelven a ser jóvenes, que suenan tranquilos y reposados pero con experiencia y energía contenida y encauzada. Y si muchos habéis disfrutado ya de la dulce introducción al caos, con sonido definitivo y avanzando lo que será (o no, quién sabe) nuevo disco, a los que no estuvisteis o aún no habeis tenido oportunidad, os invito a conocer sueño.

A ver pa cuando...


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