lunes, 9 de marzo de 2009

Granada, el Regreso

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y sin embargo beso y rebeso la secuela de Granada, yo volando por los aires y tú asido a mis caderas, sueño de té y naranjos, crisol de culturas y colores, el rojo nazarí y el blanco de sus balcones. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y, valientes, nos atrevimos a desandar lo andado para acompañarlo de otra música, de otras palabras, cambiando el “Tiempo de habitaciones separadas” de Montero por “La luna asoma” de Lorca, y, ya ves, amor, esta vez si alargaba la mano sí llegaba a tocarte, la Alhambra a oscuras y tus ojos repletos de luz, Granada nos devuelve lo que no pudo darnos entonces, agradecida de volver a refugiarnos en sus calles empedradas y cielos amplios.

Cierra los ojos y escucha el murmullo del Darro entrando por la ventana, huele el aroma a incienso y musgo de la orilla, siente cómo protesta el río porque le están robando el agua…



1 comentario:

muchomasquedos dijo...

La historia está hecha para reescribirla, reconvertirla, reinventarla... y siempre mejorarla.

Y en adelante, seguir escribiendo capítulos dorados.

Gracias por otro más.